¿Por qué este proyecto de ley es tan letal?

Este proyecto de ley tiene dos puntos que afectarían especialmente a los animales exóticos:

- La implantación de los listados positivos, es decir, unas listas en la cuales se incluirán las especies que se podrán criar o simplemente mantener en nuestros hogares. A ello se añade que quedan directamente excluidas de figurar en estos listados y por tanto convertidas en ilegales, todas las especies que están mencionadas en convenios internacionales como por ejemplo la convención CITES. Esto supone la ilegalización de la inmensa mayoría de las especies que actualmente se están criando en cautividad y/o manteniendo como animales de compañía en nuestros hogares.

- La prohibición de la cría no profesional. Gran parte de la afición a los animales exóticos consiste en lograr su reproducción en cautividad. Podemos comprobarlo revisando cualquier libro referente a una especie exótica. Es por seguro que tendrá un apartado dedicado a la reproducción. Y bien conocidas son actividades como los concursos ornitológicos o de conejos, por poner los ejemplos más conocidos. En todos ellas hay detrás el empeño de los aficionados por conseguir los mejores ejemplares año tras año.


Repercusiones de una hipotética aprobación del actual proyecto de ley

La aprobación de esta ley daría lugar al mayor desastre animal al que se ha enfrentado nunca España.

Cientos de miles de animales que hoy en día se mantienen con fines reproductores pasarían a estar prohibidos. Estamos hablando de un sin número de aves como loros, canarios, rapaces, patos o un sinfín de otras especies exóticas, como reptiles, anfibios, peces y de pequeños mamíferos, entre otros.

El interés principal para el propietario es poder cuidarlos y observar su ciclo de vida completo, incluyendo la reproducción o la selección. Según el proyecto de ley, estos animales deberían ser donados a centros de la administración, que evidentemente no tendrían capacidad de atenderlos. Algo parecido ocurrió con la tortuga mora y la mediterránea. Las autoridades tuvieron que reconocer la muerte de decenas de miles de individuos de estas especies por no poder atenderlas debidamente. Si esto ocurrió con tan solo dos especies de sencillo mantenimiento, da terror pensar lo que podría ocurrir con el resto de especies.

Pero hay muchas más consecuencias. Por ejemplo, desaparecerían un gran número de razas obtenidas gracias a la selección por el hombre, dejarían de estar disponibles para los centros de recuperación de fauna alimentos o accesorios que hoy en día son imprescindibles para la conservación, llevaría a la ruina a una gran cantidad de empresas como fabricantes de piensos, criadores, centros veterinarios, fabricantes de acuarios de jaulas y de terrarios, tiendas de animales, transportistas, fabricantes de cajas… Y así un largo etcétera se verían afectados.


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